Hoy os voy a contar una idea de autocuidado que a mí me va genial y que siempre tengo a mano, mis inhaladores de aceites esenciales.
Os pongo en situación: 20:00 de la tarde un día entre semana; llegamos a casa después de estar en el parque, hacer la compra y varios recados, estoy cansada, la cena está sin hacer, una lavadora esperando ser tendida, las bolsas de la compra con comida que tengo que poner en la nevera, los niños tienen que bañarse…
Le pido al mayor que vaya preparando el baño para que puedan bañarse mientras yo guardo la compra y empiezo con la cena. Cuando voy al baño unos minutos después me encuentro con que en vez de bañarse se han puesto a jugar, la pequeña ha llenado el bidé y ha mojado todo el suelo, y el mayor está leyendo un libro.
Mi cansancio, mi estrés y mis prisas por hacer todo lo que hay que hacer para que puedan acostarse pronto (al día siguiente hay cole) me impulsan a reaccionar, a poner el grito en el cielo, enfadarme con ellos y decirles cosas de las que luego seguro que me arrepentiré ?
Ese es el momento exacto en el que puedo decidir responder en vez de reaccionar. Pero cuando mi jarra está casi vacía es difícil. Y como en ese momento no tengo mucho tiempo para cuidarme, tengo que recurrir a algo rápido para calmarme: respirar hondo, contar hasta 10, echarme agua fresca en la cara… A mí me suele funcionar bastante bien lo de respirar hondo, y si además respiro aceites esenciales el efecto es muuucho mayor ?
Estos dos inhaladores de la foto los llevo siempre en la mochila o en el bolso, uno (el de «Calm the Funk Down», que sólo con ver la etiqueta ya me cambia el humor ?) tiene una mezcla de aceites esenciales que se llama Stress Away, que me encanta como huele y me relaja, y el otro lo utilizo como autoanclaje (os lo contaré en otro post). Y os puedo decir que me funciona de maravilla.
¿Habéis probado la aromaterapia para mantener la calma en momentos «intensos»?